El pasado sábado, en el marco del Taller de Cerámica Beada Ó, los alumnos llevaron adelante la quema de las piezas realizadas durante el curso. La actividad incluyó la construcción colectiva de un horno artesanal de ladrillos, especialmente diseñado para bizcochar las creaciones elaboradas con arcillas locales recolectadas en la ribera.

Este proceso recupera técnicas tradicionales propias de los antiguos alfareros, permitiendo a los participantes vivenciar una práctica cultural profundamente ligada al territorio. Cada encuentro del taller se transforma en un espacio de aprendizaje, comunidad y memoria, donde se refuerza la importancia de preservar y transmitir estos saberes que forman parte de la identidad local.

Las clases abiertas de cerámica se proponen como un auténtico viaje hacia el corazón del territorio alfarero, invitando a los asistentes a reconectar con sus raíces, valorar los recursos de la región y comprender el legado cultural que la cerámica representa para nuestra comunidad.

Diario La Paz